Doctor
IVAN DUQUE MARQUEZ
PRESIDENTE DE LA REPUBLICA
CASA DE NARIÑO
Ciudad
Respetado Señor Presidente:
A lo largo de los días y desde el pasado 28 de abril, el país ha sido testigo no solo de las protestas que muchos de los actores sociales han elevado al gobierno nacional reivindicando derechos y posiciones, esto dentro del marco de una actividad legitima y protegida constitucionalmente, paralelamente a ello el vandalismo y la criminalidad soterradamente se han posicionado como factor perturbador y desestabilizante de la institucionalidad y el orden en dichas protestas. El gobierno ha propuesto un dialogo nacional en el entendido que dicha fórmula es la apropiada en búsqueda de llegar a acuerdos y encontrar soluciones asertivas a las múltiples problemáticas planteadas desde los líderes del paro y diversos sectores socio económicos del país.
Desde FEDETRANSCARGA reconocemos la disposición gubernamental para que concertadamente la sociedad colombiana y el estado puedan arribar a buen puerto, no obstante, hoy resulta evidente que los obscuros intereses de quienes se empeñan en desestabilizar al país están logrando su cometido. Es de resaltar que las propuestas del gobierno resultan pocas ante pretensiones que desbordan incluso la sana lógica de quienes, sirviéndose de la actual situación, pretenden obtener réditos con el ánimo en muchos casos de consolidar una figuración individual, alejados así del beneficio general que ha de ser el interés que debe primar.
El desgaste que está representando para el gobierno, el infructífero dialogo, está determinando que se prolongue esta agonía que ya se vive en el país, el desabastecimiento generador de mayor violencia, la imposibilidad del ejercicio de la fuerza legítima por parte del estado que se ve impotente ante hordas de desadaptados que amparándose en derechos que exigen para sí, pero que no respetan hacia los demás, siembran caos y temor en la población, la sensación de desgobierno desde los alcaldes hasta las más altas instancias, el interés de muchos de ejercer la justicia por su mano, las incalculables consecuencias negativas económicas que lo ya indicado representara a corto y mediano plazo para el país, el descredito colombiano ante el mundo que seguramente conllevará entre muchas más a la caída de la inversión, cierre de créditos, devaluación de nuestra moneda y por supuesto la caída de las tasas de empleo y productividad, haciéndonos menos competitivos ante el mundo.
Lo anterior solo enunciativamente indicado, requiere de parte suya señor presidente un acto de grandeza con Colombia, desde el sector empresarial del transporte de carga por carretera, columna vertebral de la actividad productiva de la nación, le solicitamos haciendo uso de sus facultades y amparándose en la Constitución Nacional que en su artículo 213 establece que en “caso de grave perturbación del orden público que atente de manera inminente contra la estabilidad institucional, la seguridad del Estado, o la convivencia ciudadana, y que no pueda ser conjurada mediante el uso de las atribuciones ordinarias de las autoridades de Policía, el Presidente de la República, con la firma de todos los ministros, podrá declarar el Estado de Conmoción Interior, en toda la República o parte de ella”., declare la conmoción interior en el territorio nacional, con el fin esencial de restablecer el orden y conjurar todo intento de desestabilización institucional.
Los diálogos en los últimos días mantenidos por el gobierno nacional con las fuerzas políticas del país en aras de hallar consensos, deben establecer entre otros el apoyo del congreso en esta determinación que hoy resulta ser una salida en pro de conjurar la crisis.
El trabajo de las fuerzas armadas, la policía nacional y por supuesto nuestra intención de no parar, resultan precarios ante las arremetidas de los enemigos de la sociedad colombiana. Tenga usted señor presidente como una verdad, que la figura de los subsidios sin retribución alguna como hoy se pretende por los dirigentes del paro al pedir un salario mínimo mensual para los sectores sumidos en la pobreza, solo ahonda el problema, hoy Estados Unidos está siendo víctima de esta figura, la gente prefiere esperar los subsidios estatales a trabajar y ser parte del aparato productivo.
Determinar apoyar a las empresas desde las mipymes, hasta los más grandes conglomerados es el único camino para que nuestro país supere las brechas de pobreza que hoy nos avasallan, y no es determinando el declive del sector productivo que lo vamos a lograr, esto solo allanará el camino para que la izquierda radical se apodere de nuestra patria a la que amamos y respetamos.